Todos los rasgos estilísticos que han hecho tan inconfundibles a los distintos modelos de la flota encuentran su evolución natural en el Pershing 74: la ventana de la superestructura, los grandes ventanales de las amuradas, la gran puerta retráctil que divide la bañera del salón y, por supuesto, el inimitable rendimiento de todos los yates Pershing.